Sabemos que con el tiempo, la cantidad de óvulos que tenemos va disminuyendo, así como la calidad. Pero a veces, cuando biológicamente parece que es el momento ideal para tener hijos, de otros puntos de vista no lo es tanto, y ahí nos planteamos la congelación o vitrificación de ovocitos para diferir el embarazo.
A partir de los 30 años, en promedio, comienza en forma muy leve a notarse la pendiente en las tasas de embarazo, y a partir de los 35 esta pendiente comienza a acentuarse haciéndose cada vez mas marcada. Si bien pueden haber varios factores que inciden en esto, sin dudas, la cantidad y la calidad de los óvulos son unos de los principales elementos que llevan a esto.
La probabilidad de embarazo baja, tanto del punto de vista de la concepción espontánea, como con tratamientos de fertilidad. Porque uno de los sustratos principales son los ovocitos, y cada vez tenemos menos y de menor calidad, a medida que tenemos más edad.
Cuando nosotros preservamos ovocitos, lo que estamos haciendo es, como si fuera una Fecundación in Vitro (FIV), que dejamos detenida en el tiempo, en la etapa previa a la fecundación de los mismos.
Si más adelante, cuando la paciente busca embarazo, no lo consigue, tendrá algunos ovocitos que podrá usar mediante una FIV, para intentar conseguir quedar embarazada.
Tiene una gran ventaja, y es que si luego de vitrificar óvulos, una mujer consigue espontáneamente el embarazo, los mismos se pueden descartar, sin dilemas éticos u otros cuestionamientos. Por otro lado, no requiere que la mujer tenga pareja, ni recurrir tampoco a semen de donante.
Hoy en día, las mujeres estudian, tienen carreras profesionales, viajan, y esto hace que antes de los 30, sea poco frecuente que se planteen tener hijos. Y muchas veces, esto se sigue difiriendo más allá de los 35.
Así como sucede esto, muchas mujeres, sienten que no es aún el momento de tener hijos, o no encontraron la persona con la que quisieran formar su familia, y sienten que el tiempo se les pasa, la reserva ovárica disminuye, y esto les preocupa.
En esos casos, se plantean básicamente tres opciones... no hacer nada, y cuando llegue el momento, "ver qué suerte tenemos"; buscar el embarazo a pesar de sentir que no es el mejor momento, o preservar óvulos. Ninguna es perfecta y no vamos a argumentar en favor de una u otra. Cada uno en su vida personal, evalúa lo que parece más adecuado en cada circunstancia.
La última opción permite, guardar los óvulos en el estado que están a la edad y en el momento en que la paciente hace el procedimiento. Y si la misma, vuelve 5 años más tarde, tendrá ovocitos 5 años más jóvenes, que tendrán muy probablemente mejores chances que los actuales.
Esto no implica ni asegura, que se conseguirá el embarazo. Es una "reserva" para el futuro, lo cierto es que llegado el momento de usarlos, puede funcionar o no, según muchos factores. Con lo cual, hay que tener muy claro, que es mejor que no tener nada, pero no es sinónimo de "hijo en casa que queda en espera".
No existe una edad ideal para guardar los ovocitos, pero sin dudas, que si las pacientes lo hacen antes de los 35, es seguramente cuando mejores posibilidades tendrán de que, si deciden usarlos, esto termine en un embarazo viable y en un hijo en casa.
Tampoco quiere decir que si una mujer tiene más de 35 no se pueda hacer. Sí que se puede. Pero le explicaremos en consulta, las probabilidades ajustadas para su edad y sus estudios, y luego que tenga toda la información disponible, decidirá si ésta es su mejor alternativa.
Lo más importante, es que tengamos claro, las probabilidades de éxito antes de iniciar la estimulación; sabiendo que también es variable, la respuesta y los resultados, y que los elementos con los que contamos a la hora de tomar la decisión, son siempre estadísticas poblacionales, de varias pacientes. Y que después cada uno de nosotros, es un caso único e individual.
Hay pacientes que aunque son jóvenes, tienen patologías que pueden afectar a su reserva ovárica, como cirugías por quistes de ovario, endometriosis, o patologías que requieren medicamentos que pueden afectarla, como enfermedades autoinmunes o cancer. Y quizás por la propia patología que presentan, no pueden quedar embarazadas por un tiempo, hasta completar alguno de los tratamientos, o hasta curarse o estar mejor.
Para éstas pacientes, sin duda preservar óvulos es una excelente opción que hay que evaluar, y buscar el momento adecuado según la evolución de la patología y las indicaciones de los médicos tratantes.
Existen otras circunstancias en que podemos usar la vitrificación de ovocitos, como en las pacientes con baja reserva, en que acumulamos varios ovocitos en más de una extracción para luego usarlos todos juntos al momento de hacer la Fecundación in Vitro.
También se usa para hacer bancos de ovocitos (óvulos que se obtienen de mujeres sanas y jóvenes que son donantes) para las pacientes que ya no pueden quedar embarazadas con ovocitos propios, y recurren a la ovodonación.
Antes de finalizar, no puedo evitar dejar un consejo, que es el que daría a cualquiera de las mujeres de mi familia... el momento perfecto no existe. Quienes trabajamos mucho y disfrutamos de ello, queremos mejorar, estudiar y desarrollarnos, siempre estamos ocupadas y llenas de proyectos.
Por eso, no tenemos que ser tan exigentes con nosotras mismas, y si las condiciones se dan de tener hijos cuando somos jóvenes, sin dudas, ésta sigue siendo una excelente opción. Y no por ello, no podremos continuar trabajando, estudiando y creciendo como personas y profesionales. Quizás por un tiempo, requiera un poco más de esfuerzo, pero es posible. Por eso cuando evalúen las alternativas, no dejen de pensarla y ponerla en la balanza, junto con la vitrificación de ovocitos para posponer la maternidad, o la "conducta expectante" (no hacer ni lo uno ni lo otro y ver si llegado el momento conseguimos el embarazo).
Elijan aquella que sea la mejor para cada una. Y sepan que siempre habrán profesionales que estarán dispuestos a acompañar, asesorar y ayudar, para que tengan el mejor resultado.
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